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Las tiendas de aplicaciones móviles han sido una fortaleza impenetrable controlada solo por las compañías que fabrican los teléfonos que todos conocemos y amamos. Pero esas barreras podrían estar cayendo, allanando el camino para las tiendas de aplicaciones de terceros.
El último campo de batalla podría estar en Japón, donde empresas como Apple y Google podrían enfrentar cambios en la forma en que los propietarios de teléfonos pueden obtener sus aplicaciones.
En un Informe del Gobierno lanzado el viernes pasado (16 de junio), Japón podría estar preparándose para hacer realidad las tiendas de aplicaciones de terceros. Esto daría a los usuarios móviles en ese país una opción alternativa para descargar aplicaciones de manera segura aparte de las tiendas de aplicaciones que Google y Apple han fomentado para sus respectivas plataformas móviles.
Este es un movimiento interesante y agrega más sustancia a la posibilidad de poder descargar aplicaciones en el iPhone con el lanzamiento de iOS 17 a finales de este año. A principios de este mes, Apple Craig Federighi comentó sobre el tema de la instalación de prueba. La función no aparece en la versión beta de iOS 17 actualmente en manos de los desarrolladores, pero Federighi dijo que «queremos asegurarnos de que todo lo que hagamos sea lo correcto para nuestros clientes y la seguridad de nuestros clientes» cuando se le preguntó sobre el tema.
«Estamos trabajando con la UE sobre cómo se ve el cumplimiento seguro», agregó Federighi, refiriéndose a las próximas regulaciones en Europa que requerirán que compañías como Apple den a los usuarios la opción de dónde pueden descargar sus aplicaciones.
El panel del gobierno de Japón, que incluyó al ministro de Industria Yasutoshi Nishimura y al ministro de Economía Shigeyuki Goto, también tiene como objetivo ayudar a los desarrolladores de software al prohibir que los principales operadores de tiendas de aplicaciones obliguen a los desarrolladores a usar sus propios sistemas de pago, que pueden cobrar comisiones de hasta el 30%.
Históricamente, los desarrolladores de software estaban a merced de estos fabricantes de teléfonos, con muchas aplicaciones prohibidas por no cumplir con estándares estrictos o adherirse a las costosas tarifas que se les imponen.
Todavía hay mucho que resolver antes de que tengamos oficialmente tiendas de aplicaciones de terceros en Japón o la UE. Una cosa es segura: el jardín amurallado que ha resistido durante mucho tiempo con el nacimiento de las plataformas de teléfonos inteligentes de hoy puede no existir por mucho más tiempo, al menos en algunas partes del mundo.